Desayuno en el hotel. Salida hacia Cochín, oficialmente Kochi en malabar, es una ciudad en el estado indio de Kerala. La ciudad es uno de los principales puertos marítimos del país y está ubicado en el distrito de Ernakulam, alrededor de 220 kilómetros al norte de la capital del Estado, Thiruvananthapuram. Fue un punto clave para el comercio de especias, por ahí pasaron y se asentaron árabes, holandeses, chinos, británicos y portugueses. En la iglesia de San Francisco (1503), un pequeño letrero en un papel desteñido, dedicado al explorador portugués vasco da Gama, reza que murió en Kochi y que estuvo enterrado allí hasta que sus restos fueron trasladados a Portugal. La iglesia no es una mera excentricidad: Kerala tiene una numerosa población cristiana. Su arquitectura se entremezcla con vestigios de edificios que aún conservan los estilos de cada uno de estos países que, por un tiempo, se establecieron aquí como una extensión de los mismos, y hoy forman parte del encanto de esta ciudad llena de colores y formas diversos. Cochin es afable, amigable y sus pobladores de mente abierta y respetuosa, cuantos han venido y seguirán llegando, unos solo de paso, otros para quedarse como sucedió en el pasado, marcando la diferencia con otros lugares del mundo, aquí todos tienen derecho a creer y pensar como mejor les parezca, por eso aquí en el sur de la India en Kerala, conviven entre sí, de manera armoniosa: cristianos, musulmanes, budistas e hinduistas y los pocos judíos que aún habitan esta zona. Cochín es la ciudad más importante del sur de la India y del Estado de Kerala. Mucha historia para contar. Llegada y visita del Palacio de Mattancherry o de los Holandeses (cerrado todos los viernes del año), fue un regalo de los portugueses al Rajá de Cochin en el siglo XVI a cambio de poder hacer comercio en la zona, y la razón por la que muchos lo conocen como el palacio holandés se debe a que un siglo después, los holandeses se apropiaron del palacio y por supuesto hicieron cambios en su interior para finalmente regresárselo al rajá tiempo después, quien también lo arregló nuevamente. El palacio es un museo lleno de artículos históricos como muebles, armas, uniformes y trajes del rajá de Cochin, pero lo más asombroso son los murales pintados en los muros de la habitación del rey, más de 300 metros cuadrados de exquisitos grabados que cuentan las grandes epopeyas de la India, el Ramayan del principio del sacrificio de Dasaratha a la vuelta de Sita de la cautividad en Lanka y el Mahabharata, mitología y leyendas sobre los dioses hindúes especialmente de Guruvayurappan. Las pinturas datan del siglo 16 y son realmente espectaculares. Seguiremos con la visita a La Sinagoga (cerrada viernes y sábados de todo el año), durante un pequeño paseo por el barrio judío, visitaremos la sinagoga más antigua de la India y data de 1568. Los antiguos judíos, llegaron a India en el siglo I DC. La persecución que sufrieron los judíos por los portugueses les obligó a huir a Cochin donde se instalaron en terrenos cedidos por el Rajá. Si leemos “El último suspiro del moro”, de Salman Rushdie, en el que se sintió atraído por las especias de Cochin, y la lucha fraternal, no se puede dejar de visitar la sinagoga. La comunidad es ahora muy pequeña. Después de descalzarnos, no podemos dejar de notar las baldosas de azulejos chinos del siglo XVIII que nos recuerdan reflexiones sobre los caracteres del libro de Rushdie. Las fotos están prohibidas y la sinagoga permanece cerrada desde las 12:00 pm hasta las 15:00 hrs. Continuamos la visita con las redes chinas: redes de pesca (Cheenavala) son claramente exclusivas de Cochin. Se cree que los comerciantes de la corte del gobernante chino Kublai Khan trajeron consigo estas redes. Curiosamente, estas redes sólo se encuentran en Kochi, ¡fuera de China! Con la invasión musulmana desaparecieron, pero después, a principios del siglo XVI con la colonización portuguesa, las reintrodujeron, trayendo estas redes de la colonia portuguesa de Macao, al sudeste de China. Son unas estructuras de madera con un punto de apoyo en tierra, cuando no se usan, la red y su armazón están suspendidas sobre el agua, las redes se bajan al agua y se dejan dentro entre 5 y 15 minutos, después se suben, tirando de las cuerdas que tienen atadas unas grandes piedras redondeadas que sirven de contrapeso, capturando de esta forma los peces que están cerca de la orilla. Finalmente, daremos un paseo a pie por la zona antigua de Fuerte de Cochin, un pequeño municipio rodeado por el mar y por numerosos canales que entran tierra adentro. Algo apartado del resto de la gran ciudad, goza de un encanto especial. Es un centro mundialmente conocido en el que se practica la milenaria medicina ayurvédica, cada vez más de moda entre los occidentales. La presencia del imperio chino en el siglo XIV ha dejado vestigios de su cultura, como el sistema de redes de pesca. Y, para terminar este apasionante día, disfrutaremos de un espectáculo de danzas Khathakali, un estilo de danza teatro clásico de la zona de Kerala. Los bailarines/actores personifican en escena mediante un complejo lenguaje de pasos de danza, mudras (gestos de las manos) y expresiones del rostro. Lo que aumenta la belleza es el maquillaje, así como la sintonía que hay entre la música y los gestos. El espectáculo dura alrededor de una hora y media y merece la pena verlo. Una cita ineludible, una forma clásica de danza, un drama, un musical de unos 400 años de antigüedad. Poder representar el personaje de paccha, requiere muchos años de enseñanza y de práctica. A veces son familias que durante generaciones llevan representando la obra. Los colores son simbólicos tanto los del maquillaje como los de las vestimentas. Si el verde (paccha) será para las divinidades y héroes como ” Krishna y Arjuna “, personajes como Ravana, más regios, se distinguen por una mancha roja (kathi) sobre la nariz. El color negro o (kari) será para los demonios. Regreso al hotel y alojamiento.